Veo que el ser humano es incoherente por naturaleza, desde que nacemos estamos inundados por contradicciones, tengo sueño, pero quiero comer, quiero que me sostengan, pero ¡no es así!, mejor déjame en la cuna... Y la razón es que nacemos en un cuerpo capaz de sentir calor y frío al mismo tiempo, alegría y tristeza, y es nuestra tarea descubrir nuestra verdad interna y alinear todas esas sensaciones con la más profunda.
Verás, somos como una cebolla, en la capa más externa está todo lo sensorial, quizás alguien nos ha dicho algo, y nuestro oído ha enviado esos sonidos al cerebro quien los ha codificado en base a nuestra genética y cultura y nos ha enviado la señal de que nos debemos enfadar, y esas palabras al final se traducen en un fósforo que nos enciende tan rápido como la dinamita. Y este es el mejor de los casos, en el que la primera capa de la cebolla ¡Gracias al universo! está de acuerdo, porque a veces, hay desacuerdos aún entre nuestra cultura, o nuestros genes, podemos por ejemplo tener una tendencia hacia el pacifismo pero no tolerar las injusticias, o podemos odiar mucho esas palabras pero vienen justo de una persona de la cual no se me permite tener sentimientos negativos. Y el problema de esto es que solemos mirar todo como blanco o negro, y no nos damos cuenta de que somos seres multicolores, puede ser que un pedazo de la capa esté medio podrido, y el otro esta delicioso, y más por allá está verde. Pero en esta capa, nada de lo que existe somos nosotros, puede o no concordar, pero todo es herencia del mundo. la mayoría de la veces la experiencia se queda a este nivel de la cebolla, "me enfadé porque Juan me dijo", pero la madera no se quema porque el fuego se acerca, se quema porque es inflamable. El fuego quema, pero si no hay material "inflamable" no lo va a carbonizar. Pero menos mal no somos como un pedazo de madera, que no puede reflexionar sobre lo que es y se quema sin poder elegir lo que se es.
Nosotros tenemos ese poder, no solo de ver, sino de ELEGIR, pero para poder elegir primero debemos conocer de qué estamos hechos. ¿Con qué palabras hemos aprendido que debemos reaccionar? ¿Contra qué ideas nos han dicho que debemos luchar? hay que mirar ante con qué información hemos sido programados, que nos han dicho que era "malo", "incorrecto, "bueno", "deseable" y cuestionarlo todo. Dentro de nosotros ya tenemos una fuente de sabiduría y la vamos conociendo a raíz de que contrastamos la información que recibimos del afuera con nuestro sentir interior, se llama INTUICIÓN. No nos miramos a nosotros mismos, solemos mirar lo que van a pensar, lo que los otros hicieron, lo que yo hice, pero no tengo ni idea de quién soy yo ni qué es lo que quiero. Tenemos muchas ideas rondando nuestra cabeza pero no tendemos a identificar cuáles resuenan más con nosotros y cuales hemos adoptado por inercia, sin realmente cuestionarlas, por ende muchas veces nos encontramos como viviendo una vida que no nos pertenece, y se nos hace pesada, porque no hay nada más difícil que no ser uno mismo.
Foto de Laker
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