Bali empezó a llamarme, y no sabia porqué, solo sabia que tenia que venir. Ir a un sitio nuevo siempre te abre las puertas, estás en un sitio nuevo, nadie te conoce, puedes ser la versión quien tu quieras. Este anonimato siempre me da un impulso para poder hacer algo que siempre he querido hacer pero que quizás no me atrevo. Después de un tiempo de estar en un mismo lugar y convivir con la misma gente, hace que los demás, e incluso tu mismo, se formen una idea de quien eres, que eres capaz de hacer, tus gustos, y te quedas atrapada en esa idea, la cual es una autoprofesía.
La gente espera eso de tí misma, y tú ya no sabes como actuar de otra manera, o pensar de tí mismo en otra forma, así que se hace cada vez más difícil romper el molde y acabas siendo exactamente lo que se espera de ti. Ojo!, tu mism@ te has puesto en ese sitio, ya que nadie puede hacerlo sin tu permiso. Es un mecanismo que usamos todos, y sirve para dar cierta seguridad al cerebro, él necesita poder predecir para poderse sentir seguro, pero el cerebro funciona para circunstancias que hoy en día, no siempre son útiles, y la resistencia al cambio es una de ellas.
Nos resistimos a cambiar, y resistimos cambiar la idea de quiénes son los otros, incluso aunque no sean eso que pensamos. No somos realistas, cuando estamos enamorados pensamos que esa persona que nos engaña, nos va a dejar de engañar, y cuando alguien necesita de nuestra apertura para cambiar, nos negamos a ser ingenuos. Y es que no se trata de esperar ni que los otros cambien ni que no, se trata de mantener una actitud abierta al cambio, para mí mismo y para los demás, para que si algún día deciden hacerlo, no se encuentren con mi energía como un impedimento. Y quien sabe cuántas veces yo he limitado a los otros, encerrándolos en mis propias expectativas. A veces es difícil ver los efectos de muestras acciones, sentimientos y pensamientos en los otros, hasta que las vivimos en carne propia.
De esto me he dado cuenta cambiando de país, de esa liberación de energía cuando no hay barreras, la gente no tiene ideas de quien eres, de esa apertura de posibilidades, de la creación de un espacio para realmente ser y de el efecto que puede tener en cada persona que desea algo distinto.
Bali me ha dado una nueva oportunidad, me permitido volver a nacer, ser otras facetas de mí misma, reencontrarme, no tener tantas ideas en la cabeza. Creo que todos necesitamos experimentar este sentimiento de vez en cuando, exponiéndonos a un lugar que nos da un gran respiro, un descanso de la responsabilidad de ser quienes creemos que somos en el mundo occidental; un trabajador, un ciudadan@, un amig@, herman@ o hij@, para simplemente estar un tiempo con nosotros mismos y conectar con lo que es realmente importante y decidir desde ahí, como conectar con todo lo demás, si pudiera definirlo de alguna forma, venir a Bali, has sido como volver a encarnar, estoy en el mismo cuerpo, otro corte de pelo, pero estoy teniendo experiencias que nunca tendría en mi lugar de origen, es como haber tenido la oportunidad de nacer en otra parte del mundo, conocer su cultura, entender su forma de ver la vida, darme la oportunidad de hacer y ser en otro contexto. A veces miro atrás y siento como si hubiese tenido varias vidas dentro de una misma, y Bali, se siente como un nuevo capítulo.
Photo By Thomas G.
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